El presente proyecto surge a partir de una invitación a intervenir y transformar los baños de la Galería Pasaje 17, de modo tal, que la obra pueda convivir con la vida del lugar y ser parte de su naturaleza, praxis y organización.

Desde el punto de vista conceptual, se trata de una intervención donde se reflexiona sobre los conceptos de público y privado a partir del trabajo que el artista OmarOmar realiza sobre las diversas capas del lenguaje y sus posibles estructuraciones en el ámbito simbólico y real de la actividad humana. Tratándose de una investigación en torno a la palabra y el uso lingüístico, denota una variedad de significaciones concurrentes en el espacio que evidencian la utilización del lenguaje y sus operaciones. De este modo, la palabra, al relacionarse con contextos vitales y particulares, despliega su fuerza de representación y remueve significaciones en sus procesos de reconocimiento.

Se plantea en el “espacio-baño”, que supone una acción íntima e individual, cubrir el espejo principal con la palabra «PRIVÁRE» que será acompañada por la inclusión de tres cámaras de seguridad que radicalizan, a través de la sensación de vigilancia, la invasión de un ámbito privado (baño) emplazado en un lugar mixto (galería de arte) que obliga a repensar las conexiones posibles entre la esfera pública de reproducción social y lo privado de acceso a la intimidad. Reproduciendo ciertas condiciones del contexto en el que aquello que es público de un sujeto y aquello que es privado, íntimo se confunden, la palabra es capaz de abrir una problemática, de vehiculizarla y articularla en diferentes campos de acción social.

Partiendo de una hipótesis general que entiende a los enunciados como funciones que agencian relaciones de poder y que, en virtud de ello, emergen en el campo social como heterogéneas determinaciones sobre la existencia íntima y pública de las personas, se intenta problematizar lecturas en torno a las formas emergentes de nuevas fuerzas contemporáneas, entablando un diálogo entre la práctica artística, las tecnologías, las sociedades de control y la vigilancia contemporánea.

De este modo, «PRIVÁRE»  toma el baño como lugar físico y fusiona en él las cualidades de los recintos públicos con aquellas otras de los privados en un mismo sitio, haciendo que las diferencias entre uno y otro se vuelvan difusas; sobre todo, a partir de la inclusión de cámaras de seguridad que amplifican un tipo de vigilancia “genérica”, donde no hay límites para la visibilidad. La convivencia de las situaciones se lleva al extremo: la renuncia que supone someterse a la vigilancia de un Otro hegemónico que pauta las reglas de comunicación. La instalación funcionando como punto de conexión entre emisor-receptor,  entra en relación con el límite y con el más allá del límite, irrumpiendo la ley con la construcción de un sitio de transgresión y excepción respecto a su status quo.

OmarOmar crea otra forma de intervención que no se limita a suministrar datos, sino que cuestiona la distribución de lo dado y de sus interpretaciones, de lo real y de lo ficticio. Construyendo un espacio de artificio, el artista expande el cuestionamiento más allá de una denuncia automática, produciendo un dispositivo de ficción nuevo. Ya no se trata de una ficción entendida como irrealidad sino como montaje que descubre un dispositivo, prescindiendo de relaciones establecidas entre signos e imágenes, entre la manera en que unos significan y los otros “hacen ver”.

Así, la práctica artística revela la posibilidad de deconstrucción de todo origen y de toda forma que pretenda atribuirse un carácter necesario. El arte revela, justamente, la posibilidad siempre actualizable de la instauración de otro orden, de la posibilidad de otra división de lo sensible o de un campo de experiencias determinado.  En ese sentido, el presente proyecto se inscribe en un tipo de orden político, racional y formal para deconstruirlo en una nueva forma de reconfiguración del lazo colectivo, común. Pasa por la renovación de los actores y de la forma de su actuar, por la posibilidad, siempre abierta, de una emergencia de ese sujeto que eclipsa. Presentando una cartografía paralela, comporta un microanálisis a través de un agenciamiento y/o dispositivo que combate el poder y sus privaciones en el orden del saber, de la conciencia y del discurso. Como señala Gilles Deleuze en sus “Conversaciones”, «no se trata de buscar los orígenes perdidos o borrados, sino de tomar las cosas allí donde nacen, en el medio, hender las cosas, hender las palabras. No buscar lo eterno (…) sino la formación de lo nuevo, la emergencia, lo que Foucault llamaba ´la actualidad´». 
Lic. Laura Reginato

Reseña en Ramona Web: http://www.ramona.org.ar/node/50560
 

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